jueves, 29 de enero de 2009

Tercer Grado


El tercer grado puede, en ocasiones, resultar molesto porque a nadie le gusta que se le pregunte aquello que libremente no ha dicho antes y sus motivos tendrá. A veces, puede que una lo esté pidendo a gritos para liberarse de lo que no se atreve a decir si previamente el receptor no se muestra interesado. En cierto modo, es terapéutico si sabes ver el lado positivo a la hora de sacar conclusiones acerca de cómo nos ven los demás y tratar de mejorar aquello que proyectamos inconscientemente y no nos gusta. Cuando el tercer grado se practica, no de modo confesional, sino grupal, puede provocar susceptibilidades en el grupo no solo hacia quien pregunta sino también hacia quien responde, cómo lo hace, que se guarda y que desvela, generando así un tercer grado dentro del tercer grado. Pero quiero que sepáis que si alguna vez habéis sentido que lo he hecho, es porque he creído que era el momento, que no iba a ser hiriente y por esa necesidad humana, demasiado humana, que todas tenemos de sentir que nos importa alguien. Y eso es en definitiva, si lo queremos llamar así, la curiosidad, pero sanamente bien entendida.

martes, 27 de enero de 2009

Para un capricho de Goya

Me visto de luces,
me encomiendo a la Macarena,
hago el paseillo y me parece estar viviendo
la escena del "Resplandor" con unas adorables niñas al fondo.
Se abre la puerta,
me persigno,
levanto los hombros,
endurezco la mirada
y 30 pares de ojos te escrutan de arriba abajo,
treinta morlacos, que no parecen darte cuartelillo.
Carraspeas, templas la voz cual estoque
y te presentas:
Soy vuestra profesora de filosofía.
Es así de cruel, como la lidia,
con duración de un embarazo:
nueve meses y algunos días de añadidura.
Empieza la trabajosa corrida
a la que hay que echarle tesón, ganas,
mostrar destreza con la capa,
dar muletazos inesperados
y rematar con arte la faena.

lunes, 26 de enero de 2009

Numerología

Soy un número de DNI,
un número de registro personal,
soy una mujer de 1,62
soy la segunda de dos hermanos,
soy la mitad de una pareja,
soy una talla 38 no muy justa,
soy una 95, 68, 102,
soy, a veces, un cero a la izquierda,
soy una nacida en el 76,
soy la del cuarto, la del segundo o la del primero,
según días de la semana y
soy la propietaria de un 207:
Y yo que pensaba que era de letras...

jueves, 22 de enero de 2009

Mi vida es un carnaval. Para PP López

Cada mañana cuando me levanto lo primero que hago es revolver entre los cajones y siempre me asalta la misma duda de... y hoy ¿qué me pongo?. He de confesar que el traje que más me gusta llevar es "el de payasa", eso de ir provocando sonrisas realmente "me pone". Disfruto cuando los demás están contentos, y como la alegría es contagiosa, una puede sentir cómo va fluyendo la positividad a su alrededor hasta embargarlo todo . El que más pasado está, porque es el que más uso, es el de "hard girl", es bastante cómodo, como no hay que justificarse en ningún momento ante nadie, una va a su rollo y los demás ni se te acercan. El de "chica comprensiva" es, sin género de dudas, un rollazo y el más sudado, porque nadie intenta comprender al que comprende y como eres comprensiva (no puedes ser sincera) tienes que aguantar todos los chaparrones que te vengan. Hay veces que hasta pica, nada recomendable. Pero cuando hago limpieza general y los llevo todos a la tintorería, ese día que no tengo qué ponerme, intento no relcionarme con los demás para que no se percaten de que voy desnuda.

miércoles, 21 de enero de 2009

Sueño de cine

Si te pusieras tu vestido blanco

echaras el pasaporte en el bolso

y pudiéramos volar a cualquier lugar del mundo

te llevaría a Nueva York.

Yo dejaría de depilarme un par de meses

te subiría a lo más alto del Empire State Building

y culminaría

lo que King Kong quiso hacer,

nunca se atrevió

y los helicópteros le impidieron

DESALMADA



A veces me da por preguntarme ¿y yo qué hago aquí? En medio de esta ciudad que sigue su curso mientras las vidas anónimas que me rodean sobreviven en esta jungla, ajenas a lo ajeno. Y yo..... en un dos por tres, con la condicional de los fines de semana y gastando mi tiempo con mentes en temporada de barbecho... ¿Es que yo con esa edad, la de mis pupilos, era igual que ellos? No pequemos de mentalidad aburguesada creyendo que éramos mejores, tal vez me encontraba sin condicional y enclaustrada en un tres por tres leyendo sin parar para vivir otras vidas que no fueran la mía, que recuerdo que no me gustaba en absoluto. Tal vez, siempre y por este motivo, haya vivido en el destierro vital, como alma desgarrada. Y ahora que he superado la barrera de salir del armario no tengo otra meta que la de salir del almario, pero de éste no tengo la llave y por más que indago no consigo ver la luz. No hay asociaciones pro almas libres que te muestren el camino. No se puede quedar con otra alma para cambiar impresiones, no consigo ver las almas de los demás aunque presupongo que los demás también sienten una. ¿Será que no me he comprado las gafas especiales como esas con las que se puede ver a la gente desnuda? Porque esa sí que las tengo.

ANUNCIO: Cambio mis gafas de mirar por las gafas de ver.
Si me lee algún desalmador o desalmadora, que deje su razón aquí, yo responderé en nombre de mi alma.

viernes, 16 de enero de 2009

A mi gurú: J.H.

Me has abierto las puertas de un nuevo cielo,
gracias a ti, y a mis estudios universitarios,
puedo alcanzar una meta más alta,
conseguir nuevos fondos para mi plan personal de pensiones
y llevar esperanza a los alone people.
Gracias por estar ahí,
por enseñarme un nuevo camino,
por mostrarme... tantas cosas.
Sí, quiero ser de mayor
una Chica Escort.

miércoles, 14 de enero de 2009

Mertopartosis

Amor, amor...
cuánta falta me haces!!!
Me siento tan perdida,
tan sola y desterrada
que no me hallo.
Trabajo y sobrevivo,
subsisto como me dejan las circunstancias,
aguanto el pasar de los días a duras penas.
Soy como un topo
que cinco días bajo tierra y
ávida de luz
desea recobrar sus sentidos:
oler, al despertarme junto a ti,
cuando me transportas a una tierra de aromas inefables;
besar, para recuperar el sabor que me ofrecen tus labios,
tus caderas, tus pechos y tu monte venusiano;
tocar, haciendo perfiles incompletos de tu cuerpo
porque nunca se terminan las caricias contigo;
oír tu respiración en el silencio de nuestras noches,
cuando consigues hacerme callar;
y mirarte, hasta la extenuación,
para conservar nuestros momentos y
poder recrearlos de lunes a viernes.

lunes, 12 de enero de 2009

A todas aquellas personas que me miran y me ven


A veces se me olvida llamar a quien me reconforta.
A veces por pecar de debilidad no profiero mis quereres.
A veces mi sarcasmo solo es la sombra de una debilidad que trato de ocultar porque todo me afecta.
A veces reniego de lo que soy por mor de lo que piensen los demás.
A veces soy incapaz de reconocer los errores, esas piedras que intento sortear por el camino pero ellas no son capaces de sortearme y por eso nos reencontramos una y otra vez.
A veces mi amabilidad confunde el estado de las cosas que me rodean.
A veces mi frialdad llega hasta las yemas de mis dedos e intento dar marcha atrás al borde ya de la congelación.
A veces cuando la cordura llama a mi puerta reflexiono como en estas líneas.
Pero también es cierto, que a veces, solo a veces, alguien consigue verme a través de la mirilla de mi puerta y no me queda más remedio que dejarle entrar.

domingo, 11 de enero de 2009

La mujer araña


Si fueras un animal
serías de la categoría de los arácnidos
porque nadie ha sabido tejer tan bien la tela
como para que no pueda resbalarme
entre sus hilos
y poder echar a volar.
¡Se está tan calentita aquí!
que te aseguro no haberlo intentado nunca
o al menos, no lo recuerdo.
Si bien la memoria es selectiva...

Notas en el Naima


Y rompiendo el silencio dijo:

"se acabó", como quien termina un carrete

en mitad de las mejores vacaciones de su vida.

"Se acabó" es una expresión tan drástica,

tan radical que da escalofríos.

Es como si fuera un "no-siendo" sin haber sido,

un proceso inacabado

arrojando una estela

que desembocará, sin lugar a dudas,

en una plenitud aún mayor,

cuando las aguas regresen a sus cauce.

La dulzura nunca se acaba

aunque la alberguemos tan solo en el recuerdo,
para rememorar con nostalgia
ese dulzor que sentimos

originariamente y por primera vez,

en cualquier rincón de nuestra memoria